domingo, 24 de marzo de 2013

Arte, creatividad y arte terapia. La expresión artística como medio para la integración social

María Antonia Hidalgo, gestora cultural y artista formada en arte terapia, ha asegurado que la soledad, la autoestima, la pérdida, el fracaso, la inseguridad, la depresión y otros estados anímicos vulnerables son el objetivo más directo de las terapias que favorecen la creatividad que habita en todo ser humano.
Hidalgo ha realizado estas declaraciones en el transcurso del simposio La expresión artística como medio para la integración social. Arte, creatividad y arte terapia, del que es coordinadora y que organiza el Centro Cultural ‘Olavide en Carmona’ junto la Dirección General de Infancia y Familias de la Consejería de Igualdad y Bienestar Social de la Junta de Andalucía y el Área de Igualdad y Ciudadanía de la Diputación de Sevilla. 
El arte como una forma de terapia se remonta a comienzos del siglo XX, pero su práctica generalizada no vio la luz hasta los años 40, “en gran parte como resultado del trabajo de personajes tan relevantes como Adrian Hill, la primera persona que utilizó el arte como una forma de recreación personal para enfermos de tuberculosis ingresados en un sanatorio”, ha afirmado esta experta.
A finales de los años 70, el arte terapia ya fue aceptado como profesión y, en la actualidad, se encuentra entre las siete profesiones más requeridas en países como Estados Unidos, Brasil, Inglaterra o Alemania, con enorme difusión en el ámbito hospitalario, en centros de cuidados diurnos para mayores, centros de menores, escuelas, museos y en las consultas privadas.
De esta forma, una de las tareas del arteterapeuta será alentar y facilitar que ese proceso de libertad creativa se vaya desarrollando. “El dibujo hace visible al pensamiento, decía George Orwell, pero no es la única técnica en arte terapia, ya que la pintura, la escultura, la fotografía, el vídeo, la música o la expresión corporal son otras herramientas que el arte ofrece para abrir nuevos procesos creativos en el ámbito educativo, social y clínico”, explica María Antonia Hidalgo.
Así, el objetivo más importante de este curso es contribuir a que las terapias artísticas sean cada vez más reconocidas. “Es necesario saber que existen nuevas formas de hacer integración, de contribuir a fomentar la convivencia entre colectivos desfavorecidos o desde las instituciones públicas o privadas que apuestan por una programación más aperturista en los museos “, aclara.
En definitiva, se trata de “ofrecer una nueva mirada más creativa, que ayuda a que todos tengamos una visión más cercana de los mitos, de la cultura, del arte y de nosotros mismos”, concluye la arteterapeuta.

“Y es que el arte como terapia nace como un compromiso en todos los terrenos de lo social y está basada en la creencia de que los procesos implicados en la creación artística son curativos y mejoran la vida del que los realiza, ya que la creatividad hace que las personas construyan su propio modelo de reconocimiento y lo que está en conflicto se reexperimenta, se resuelve y se integra”, sostiene Hidalgo.